Y ello a pesar de que rara es la vez que de nuestra boca sale algo distinto al espagnol. El resumen a nuestra primera semana de estancia en Forli cabe en esa frase. Nos encontramos en otro mundo. Despues de un primer fin de semana de asentamiento en el que localizar lo imprescindible (bares y supermercados, el turismo se deja para mas tarde) estabamos listos para empezar con las practicas.
Horarios, el idioma, la dificultad del periodo estival, todo fue superado y al cabo de unos dias todos acabamos integrados en la empresa que nos correspondia. Dejandonos ello algo de tiempo libre que utilizamos para terminar de conocer la ciudad y su ambiente.
Pasamos por il Parco Pubblico donde disfrutamos de musica en directo y fuimos testigos de uno de los actractivos de este parque: por alli rondan conejos en entera libertad dejandote a ti la desicion de si acercarte o no a conocerlos. Tambien encontramos un pequegno bar donde nos dejaron disfrutar de una aperitivo muy a la hora espagnola, las dos de la tarde, y en el que entienden sin problemas nuestra filosofia: “la coca non è permessa a questa ora, meglio della birra”.Otra tarde, asistimos al AperiTandem organizado por Uniser. Cargados con salmorejo, lo tipico de nuestra tierra, llegamos a una reunion en la que no solo pudimos degustar comida de otros paises si no que ademas encontramos gente simpatica que hicieron lo posible porque nos sintieramos como en casa: Quiches de Francia, Tingynis de Rumania o el plato tipico de la Romagna, Squacquerone, fueron algunas de las cosas que pudimos comer.
Por supuesto,tambien fuimos a la playa, hicimos turismo, paseamos, conocimos nuevos lugares…y es que ha sido una semana que ha dado para mucho.
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